Posesión infernal

Tras la gran acogida del último artículo sobre posesiones, aquí os traemos un poco más de información al respecto. Os vamos a hablar del exorcismo y de otras prácticas, intentaremos recoger los orígenes de este término y encontrar el camino que ha hecho en la historia. Más adelante, quizá en otro artículo, hablemos de casos concretos de posesión y los analizaremos.

Terminología

Para la gran mayoría de filólogos, la palabra exorcismo viene del griego exorkismos, que está formado por un prefijo (ex-, fuera de), la palabra horkos (que significa juramento) y un sufijo (-ismos, que significa cualidad, sistema, doctrina). Otros dicen que este término viene de ex- (fuera de) y orcismos, que sería una adaptación de la palabra orco, un personaje de la mitología celta. El orco era un demonio que vigilaba las puertas del infierno para tratar de impedir que las almas las abrieran y entraran las potencias del cielo. Pero esto es menos probable, aunque hay otra versión curiosa sobre un personaje mitológico, y es la de Horkus (Orcus en mitología romana), de la mitología griega, cuyo personaje se inspiró -o viceversa- en la propia palabra horkos.

Según la mitología griega Horkos era un hijo de Eris: "Y después, la diosa Eris parió [...] a Horko, terrible para los hombres terrestres, y que los hiere en cuanto uno de ellos intenta perjurar" ( Teogonía de Hesíodo).  Que la palabra horkus se relacione con un demonio vendría a tener mucho sentido, ya que nos encontramos con esta practica de manera muy temprana, eso reforzaría el sentido de la palabra exorcismo con la propia mitología.

Jean Bollack en su obra La Grecia de nadie, nos comenta que este término (horkus) en un principio se confundió con otro muy parecido, herkos, que significa encinta, por ello podría ser que el primer término provenga del segundo, asimilando el significado como "lo que se encierra o enclaustra". Es decir, que la palabra juramento vendría de esta palabra sobre el embarazo de gestar un ser en el interior del individuo, encerrar algo, lo cual nos recuerda mucho a la posesión, pero que en el ámbito griego se utilizó para generar el sentido de juramento, como algo que encierra una afirmación o negación sobre algo, poniendo a Dios como testigo.

Como curiosidad adicional, en algunas partes de la Ilíada podemos ver como los héroes enarbolan un bastón, que sería llamado Horkos, cuando van a hacer un juramento, como símbolo del propio significado del término "juramento".

 

 

Por lo tanto, este término significaría expulsar una entidad (relacionada con el infierno y los demonios) gestada en el interior del individuo mediante un juramento o conjuración, obligando a este demonio a salir del cuerpo y abandonarlo. El juramento guardaría en sí el propio significado, entendiéndose este término como una afirmación que se hace ante Dios, como una promesa de que el individuo con ayuda de Dios va a expulsar al demonio. Digamos que es como si hiciéramos un acuerdo con la entidad para que dejará nuestro cuerpo libre. También tenemos el término conjurar, que significaría conspirar contra alguien uniéndose mediante un juramento con un fin ilícito, por ende el exorcismo es una conspiración contra la entidad "invasora" aliándose con Dios para expulsarla.

Esa es la definición de esta palabra, pero ¿fin ilícito? ¿Deberíamos concebir entonces que lo que se intenta obrar en un exorcismo es "ilegal e ilegitimo? ¿No es aceptado por alguna clase de norma? ¿O es que realmente lo que nos intenta decir es que NO se puede expulsar a una entidad del cuerpo de nadie porque es imposible? Al menos haciendo una conjura o un juramento, queriendo conseguir el fastidio de la entidad. Seguramente sea absurdo pretender expulsar a cualquier ente haciendo un juramento con dios, aquel que se mofa de sus siervos, no creo que le importe lo más mínimo. Intentar atemorizar a un rebelde con el nombre de su dictador es estúpido.

Por otra parte, en la definición de conjurar, tenemos varías acepciones, una de ellas es alejar el peligro de nosotros, pero las siguientes se contradicen pues son: ahuyentar a los espíritus e invocar a los espíritus. En que quedamos, ¿los llamamos o los espantamos? Acabaremos mareando a las ánimas y con razón acaban tan enfadadas, con tanta idiotez humana no me extraña que acaben obrando locuras en el ser humano como si este fuera una marioneta. Y es que cuando hacemos un exorcismo lo que hacemos realmente es invocar a más entes, es decir, que empeoramos el problema porque atrayendo a más espíritus podríamos aumentar el poder de la entidad que nos molesta.

El exorcismo es un ritual muy poderoso y muy atrayente, la ley de atracción obra maravillas en él, pues sabemos que el poder de la mente puede hacer cualquier cosa y por esto mismo esta práctica es tan peligrosa: la mente humana no es inocente, está llena insondablemente de prejuicios, por ello al pensar en negativo durante el ritual o creer que un demonio poderoso va a salir, nos mentalizamos y materializamos por ende dicho pensamiento, haciéndolo realidad. Por ello, cuando vas a un cura y le cuentas este problema, lo único que hará será empeorar las cosas, meterte el miedo en el cuerpo y hundirte más en la miseria. Y es que si lo único que haces es invocar a seres de otro mundo o dimensión, créeme que a ti llegarán, no es que sea efectivo, efectivo no es sinónimo de poderoso, pero es factible acabar haciendo una gran fiesta con ingentes cantidades de espíritus. Por lo general, se suele concentrar mucha energía, dolor, sufrimiento y fe, esa falsa creencia. El dolor y el miedo son emociones muy apetitosas que pueden atraer a ciertos seres que no queremos atraer o que simplemente, en esas condiciones, no nos conviene.

Nunca tengas miedo, nunca dudes, pero sobretodo, nunca juegues con fuego porque podrías quemarte. Un exorcismo es un ritual inútil que no surte ningún tipo de efecto, en vez de limpiarte lo único que hará es remover a la entidad dentro de ti. Es como pasar un plumero por el polvo, solo lo moverás de sitio pero no lo harás desaparecer. Probablemente, al hacerlo cabrearás a la entidad, sea demonio o no, y acabarás pasándolo mal. Si le ofendes, él atacará, puede sestar seguro de esto. ¿Cómo ofenderle? Sí, y es que tú le concibes como algo malvado y perjudicial para ti, cuando seguramente no sea del todo cierto. Si quisieras ayudar a alguien y este te tachara de vil y cruel ¿cómo te sentaría? Quizá la posesión es un efecto del rechazo o, solo quizá, es que pretenden hacernos entender algo con esto, que aprendamos una lección. Sea la que sea

¿Quién está tras la posesión?

Acusar a un demonio de una posesión es lo más sencillo, después de tanto tiempo culpándolo de tantas cosas, no es complicado hacerlo con una más. Es fácil echarle las culpas al chivo expiatorio de la religión, a alguien que no se puede defender, a los que se encargan de llevar sobre sus espaldas el odio de toda la humanidad, cargando con él para que los hombres vivan "en paz" consigo mismos.

Implicados

Los objetos poseídos pueden ser animales, personas, objetos, como muñecas, libros, pulseras, etc., e incluso casas, pueblos y lugares. La posesión puede ser total, que el individuo no tenga control sobre si mismo y el ente domine totalmente sus funciones, hablar y moverse, o también puede ser parcial, en la que el ente utiliza al individuo para alguna actividad concreta, como los súcubos e íncubos, que mantienen relaciones sexuales con el ser humano mientras duerme. 

Tras la posesión pueden estar brujos (que nos envían una maldición o un ente a dañarnos), demonios, espíritus, entes malignos, pero casi siempre suelen ser tulpas creadas por nosotros mismos o por la sociedad o entorno, incluso. Muchas veces, en sitios donde se han hecho rituales o han ocurrido cosas traumáticas, pueden quedar restos de esa energía, que es muy poderosa, y esta puede afectarnos a nosotros espiritualmente, haciendo que "enfermemos", quien sabe si la posesión es una enfermedad espiritual que nos crea un falso ente en nuestro interior, causado por exceso de energía o falta de energía.

Muchas veces no son entes malvados, solo entes que quieren ayudarnos, como los guías espirituales, que la gran mayoría de veces tienden a manifestarse de un modo más cercano, y cuando esto ocurre nosotros podemos asustarnos, sin razón alguna. Un guía sabrá cuando comunicarse contigo, pero si lo hace demasiado pronto la solución es pedirle parar.  Con respecto a las tulpas, lo mejor es destruirlas, pues las ha creado tu mente, autoconvencerse de que no son reales y que algo que hemos creado no puede destruirnos. La fuerza de la mente es poderosa, por ello hacer rituales para ayudarnos con esa sugestión pueden apoyarnos enormemente.

Cuando hablamos de una maldición, que un brujo o una persona nos ha enviado ese mal, estamos contra algo mayor, porque entonces necesitaremos protección. Podemos pedirle ayuda a nuestro guía espiritual o hacer un ritual de petición, invocando la ayuda de las entidades pertinentes.

Porque ocurre la posesión

Según la Iglesia, las causas de la posesión son: el ateísmo, los rituales satánicos y pactos con el diablo (cosa inexistente), jugar a la Ouija, alejarse o darle la espalda a Dios, consciente o inconscientemente, los maleficios y maldiciones obrados por otras personas o brujos, etc. ¿Quién no lleva una cruz cristiana está expuesto a una posesión? ¿Llevar símbolos satánicos o paganos nos hacen ser víctimas más fáciles? De eso nada y es extraño pues, ¿quiénes son los que acaban siendo poseídos? Personas que son creyentes, ¿alguna vez has visto a un ateo ir a una iglesia para decirle al cura que está poseído por el demonio? Y es que estas personas son susceptibles, es decir, que su propia mente, a causa de su creencia, es la que crea estos "seres demoníacos". Son tulpas, personajes creados por la mente del ser humano, ya hablamos de los tulpas en artículos anteriores y dijimos que estos tulpas podrían ser cualquier cosa, lo que la mente desee, en este caso serían demonios. La expresión de "demonios mentales" nunca fue tan real.

Y es que para la Iglesia todo es satánico: el tarot, la adivinación, los mediums, la quiromancia, la magia, la brujería, los juegos de azar. ¿Qué no es satánico? ¿Qué no es obra del mal? Si el sexo es obra del demonio, ¿por qué no darle las gracias? Solo prohibiciones, por miedo, por el terror que sienten al mirarse al espejo y ver que son ellos los culpables de su tristeza, por saber que no es obra de un demonio malvado porque disfruta del placer del mal, sino que son ellos el Edipo culpable de toda desgracia. El miedo a uno mismo es que crea todos los demás.

No os engañéis, una posesión no es culpa de Satán, es culpa vuestra, y su en todo caso un ente quiere fastidiaros, debéis pensar que busca realmente y si solo busca vuestra destrucción, cosa que es casi imposible, tenéis que entender que no necesariamente está ligado a Satán o a Dios.

La demonología como defensa

La demonología es el estudio de la naturaleza y las cualidades de los demonios, que no son pocos a decir verdad. Es decir, que las religiones se han inventado unos cuantos entes para echarle las culpas, pero ¿inventado? NO del todo cierto, pues la gran mayoría de demonios son dioses de otras religiones. ¿Qué mejor que acabar con tu enemigo político soltando un rumor que acabe con su reputación? Truco demasiado viejo y pueril incluso para ellos.

 

Método: pasos antes del exorcismo

Antes de realizar cualquier exorcismo y comenzar con un ritual serio, que puede ser perjudicial para todos, el cura ha de comprobar si realmente la persona está poseída, pues normalmente la posesión se confunde fácilmente con las dolencias psíquicas. Como ya dijimos en el anterior artículo, la ciencia puede darnos una explicación científica sobre esto y es que algunas veces es simplemente obra de la mente.

1. Situación de confianza: el cura mantiene una conversación con el supuesto poseído, en su entorno de confianza, en su hogar con su familia, para que se sienta a gusto y se exprese libremente. Durante esta charla el cura decidirá si existe presencia del demonio en el individuo.
2. Si existe peligro, el cura tendrá que hacer algunas pruebas más, pero sino hay presencia del demonio le hará una bendición, porque aunque no sea un problema espiritual, hablar con alguien siempre es bueno para personas con enfermedades mentales, es un alivio espiritual.
3. Confirmación de la influencia demoníaca: los poseídos, según la Iglesia, no entran en los templos, son reacios al agua bendita y rechazan al sacerdote, se resisten a ser tocados por él y a recibir sus oraciones. Otros factores son hablar en lenguas extrañas y hacer cosas sobrenaturales, o poco concebibles en un ser humano. Pero ¿deberíamos aceptar estos factores como válidos para confirmar una posesión? Creo que a mi tampoco me gustaría que un cura me tocase, ni entraría en una iglesia, ni dejaría que me rociaran con agua bendita. Si rechazar a la iglesia es estar poseído, en este mundo hay millones de poseídos, para empezar los ateos. Como veis, todo lo que es contrario a ellos acaba siendo machacado y acusado como malvado. Creo que estas pruebas son ante todo absurdas y estúpidas, sin ninguna validez en ningún sitio, cuando uno está poseído la persona lo sabe perfectamente, lo siente, pero también experimenta una serie de sucesos.
   1. La persona puede ver sombras, sentir presencias con las cuales no se siente cómoda, se siente atacada o en peligro, de algún modo sabe que algo va mal. Cuidado, es difícil saber si realmente ese peligro puede ser real.
   2. Puede sentir cosas en primera persona, cosas insignificantes como escuchar voces, sentir que le tocan alguna parte del cuerpo, que le arañan o vivir la típica experiencia de la parálisis del sueño, pero de manera real.
   3. Las cosas se pueden quedar ahí, entonces hablaríamos simplemente de un ente que le visita, sea demonio o no, no pretende ningún mal. El problema es cuando la persona es dañada, psicológicamente o físicamente incluso, cuando sus familiares sufren la presencia y las cosas se tuercen. Cuando uno es molestado por una entidad, las cosas se ponen serias.
   4. Muchas veces se pueden confundir los efectos creados por uno mismo por unos creados por una entidad, queremos pensar que es un demonio y quizá todo está en nuestra mente, por ello hemos de estar totalmente seguros y lo mejor es conversar con la entidad. Pero atención, no has de ir con miedo, si vas a ir aterrorizado a intentar comunicarte con él, mejor no digas nada, él lo notará y jugará con ello. Para hablar con un demonio, SIEMPRE has de hacerlo desde el respeto y con honestidad, siendo totalmente sincero. Por ello puedes hablar con él de manera natural, es decir, no hagas una ouija ni nada parecido -eso lo empeoraría, no porque el demonio te fuera a hacer daño, sino porque tu mente propia te lo haría-, simplemente cuando sientas su presencia, siéntate, tranquilízate y habla. Así de fácil, si existe un ente siguiéndote te escuchará perfectamente. Cuéntale como te sientes, admite que tienes miedo -no le puedes esconder nada- si es que lo tienes, razona y coméntale que te gustaría que se apartase un poco de ti. Muchas veces pueden ser nuestros propios guías espirituales, que avanzan demasiado rápido para nosotros, ellos creen que estamos preparados para un contacto pero no es así, por ello no has de tener miedo, es muy poco probable que sea una entidad malvada buscando dañarte.
4. Cuando se confirma la posesión, se comienzan con las oraciones, pero si esto no funciona se hará un ritual completo y mayor. El proceso puede durar semanas y no se garantiza la limpieza completa.
5. Testigos presentes: durante un exorcismo ha de haber familiares que sirvan de apoyo y protección al cura, aparte de la garantía de presenciar los actos, por si la cosa sale mal y se planteen denunciar al cura, supuestamente al estar presentes se evitan ser acusados por los familiares de dañar al individuo.

El ritual del exorcismo

El exorcismo es una antigua y particular forma de oración que hace un ministro ordenado de la Iglesia, en nombre de Jesucristo y por el poder que Jesucristo ha otorgado a su Iglesia para liberar del poder de Satanás, demonio. Por lo tanto no es oración personal sino de la Iglesia. Pueden ser simples o solemnes: el rito simple es el que se obra en el bautismo; el exorcismo solemne es un sacramental que sólo puede ser válidamente celebrado por un sacerdote con el permiso del Ordinario (obispo) del lugar. El obispo da permiso al sacerdote para cada caso o puede, con el permiso de la Santa Sede, formalmente otorgar a un sacerdote el oficio de exorcista.

El exorcismo en la teología católica halla su base en los textos evangélicos donde se narran las liberaciones y expulsiones de demonios que realizó Jesús como con los endemoniados de Gadara (Mt. 8,28 ss) a un joven (Mc. 9,21) mencionando por ejemplo que para vencer a algunos demonios se requería la práctica de ayuno y oración (Mt. 17,19) un poder que incluso tenían sus discípulos (Lc. 10,17). Siete casos específicos de posesión se relatan en los evangelios.
Pasos hasta la posesión:

• Tentación: contra esto se realiza un mandatum. Un mandatum es cuando alguien privadamente y de modo puntual ordena al demonio en el nombre de Jesús que se aleje.
• Influencia: Oración de liberación.
• Posesión: Exorcismo.
• Infestación: Exorcismo de la casa.
• Circumdatio: Incremento de la oración.

Remedios sanos contra la posesión o invasión

Lo mejor, en vez de avisar a un cura que lo único que hará será empeorarlo todo, mejor haz un ritual saludable. Puedes poner una vela, para sentirte cómodo, una vela blanca que nunca puede dañarte, pedir tu protección o que esa entidad deje de atosigarte.

Si las cosas fueran realmente serias, si realmente temieras por tu vida o por la vida de alguien, o fueras dañado severamente y de forma física, podrías hacer un ritual satánico de petición, pidiendo ayuda a las entidades que invocas para tu protección. No te recomiendo un ritual de destrucción, porque puede que consigas enfadar a la entidad, no puedes destruirla de ninguna manera, pero puedes mezclar el ritual de petición con uno de separación -en vez de destrucción-, es decir, simular metafóricamente que cortas tus lazos con esa entidad, para que tu mente se lo crea y con la ley de la atracción se manifieste en la realidad.

Si es un objeto el que está "maldito" puedes hacer un ritual de consagración y limpieza, limpias el objeto y lo consagras a alguna entidad en concreto para que lo proteja y, por ende, a ti también. Pero he de avisar que casi todo esto es obrado por nuestra mente, en la gran mayoría de los casos, la gente tiene demasiado auto-aprendida la posesión, el cine y las supersticiones son las que nos influencian, creemos que es algo malvado, que el demonio quiere nuestra alma y no es para nada así.

Siempre suelen ser malentendidos y es que debemos comprender que quizá compartimos esta dimensión con otros seres, por ello hemos de tratar de convivir con estos sucesos, lo desconocido no debe darnos miedo, eso es lo que quieren. Nos infunden miedo en la oscuridad y lo desconocido porque saben que desde ahí podríamos saber la verdad, la verdad está en cosas que no podemos explicar, nuestro guía solo quiere nuestro progreso espiritual, ¿qué mejor manera de convertirnos en ignorantes que cortando toda conexión con nuestro guía? El miedo a la muerte, a los fantasmas, a los espíritus, no es casual, es porque ellos quieren que temamos, que temamos a seres que conviven con nosotros y que no nos desean ningún mal.

No te dejes llevar por los prejuicios, no te dejes llevar por tu propia mente, solo escucha a tu intuición.

Continuaremos en otro artículo, indagando más en el ritual del exorcismo. Gracias.