Los creyentes y siervos de Yahveh siempre intentan darnos argumentos a favor de su teoría de la maldad de Satán basándose en su propagandístico libro La Biblia. Es como si los de derechas escribieran un libro sobre las fechorías de sus enemigos de izquierdas y dieran ese libro como prueba irrefutable de su malévola estampa. No tiene sentido alguno. La Biblia, al fin y al cabo, es un libro para Yahveh, que defiende su postura y ensalza su presencia.
No veréis a ningún político ensalzar a su enemigo, darle alabanzas o buenas palabras; no, siempre son críticas, acusaciones y maldiciones. Con Yahveh pasa igual, no veréis bonitas palabras para el Diablo en La Biblia, a pesar de ser el ser de toda la existencia que más amor necesita. ¿No se supone que todos podemos aspirar al perdón de Dios? ¿Qué has de tratar a tu enemigo como un amigo? ¿Qué has de poner siempre la otra mejilla? Eso no se aplica al chivo expiatorio por excelencia, Satán. Porque el ser humano necesita de ALGO que sea el culpable de todos sus males, alguien a quien echar la culpa de sus faltas, errores y defectos. Porque aceptarlos y cambiarlos; porque levantarse, dejar de quejarse y hacer algo es demasiado para sus obesos traseros.
Con un enemigo identificado y unificado se consiguen más adeptos que con todos los Evangelios existentes; con el miedo de un infierno, con la existencia de un ser malévolo que te castiga, con un enemigo al que puedes culpar de todo y librarte de tu malestar espiritual. Alguien a quien arrojarle todo el odio, alguien a quien temer, por si algún día no cumples todas las normas de tu Dios y te ves en su reino; y entonces decide hacer venganza por todo el odio proyectado hacia él. Un salvador y un castigador, un maldito eterno sin posibilidad de perdón, tan solo perdición infinita.
La posesión
A pesar de que se pueda confundir esta dolencia con otras mentales, de hecho recibe un nombre expecífico su curación: exorcismo - exorkizo-, totalmente dispar a las curaciones de otras dolencias. En La Biblia Jesús cura tanto enfermos mentales como enfermos de posesión, pero, ¿cómo se distingue? Los posesos -daimonizomenoi- se diferencian claramente de los otros enfermos.De todas las solicitudes que llegan a los exorcistas, solo un 10% se consideran "posibles poseídos", el resto son víctimas de maleficios o malos espíritus. Solo un 5-6% serían posesos auténticos, mientras que el 30% sufriría algún tipo de obsesión de origen diabólico o infestación, el resto padecerían patologías psiquiátricas. Según el exorcista Denis Broussat, el 75% de los casos presentados son mujeres, mientras que solo hay un 25% de casos presentados en varones. De todos los que acuden, solo un 1% de los presentados tienen rasgos notorios de posesión, como el sanonismo, osmogénesis, xenoglosia, telequinesia, incapacidad de hacer el bien o la piedad, rechazo por lo sagrado, etc. Todos estos datos están sacados de exorcistas reales, en la bibliografía encontraréis el libro y las páginas.
No siempre se trata de poseisón, sino de infestación, que es el paso que precede a la posesión. Los pasos son los siguientes:
- Tentación.
- Opresión: influencia mental.
- Vejación: persecución que puede manifestarse en rachas de mala suerte muy largas y desgracias.
- Infestaciones: poltergeist o ataques personales.
- Posesión: puede ser posesión larvada, es decir, psíquica, síntomas psiquiátricos y aversión a lo sagrado; o física, enfermedad física comprobadamente inexplicable.
Lo curioso fue que a las semanas de seguir con las sesiones de espiritismo, comenzaron a aperecer fenómenos paranormales, como temblor de la mesa y movimiento brusco de objetos de la sala. La mente de aquellas personas y su sugestión creó todo aquello. Fue la creencia ferviente de que realmente existían esos difuntos la que creó, efectivamente, un tulpa de esos difuntos. Los tulpas, lo siento mucho señores, pero existen. Incluso hay monjes tibetanos que son capaces de crear seres reales con su mente, Tulpas, que están bajo su servicio, con poderes increibles. Pero claro, ellos saben controlarlos, nosotros no.
Un ápice de ciencia
El psiquiatra R.B Allison ha trabajado mucho con pacientes de personalidad múltiple y declara que es posible que exista una posesión espiritual. Se trata de una mente incorpórea que controla y posee a la persona que sufre el síndrome; para él el hecho de que un ser dañino posea a otra persona es algo meramente teórico. El espíritu, confuso, en su deseo de prolongar su vida física domina el sistema nervioso de un ser humano de similar nivel de evolución espiritual. Aquí es cuando entraría el tema de las energías y de la atracción; según tu tipo de energía atraerás a un tipo de personas u otras, ¿y sí también atraes seres no materiales? Atraemos situaciones, energía, suerte, personas y seres, según como nosotros nos sintamos y según que energía apoyemos en ese momento (rabia, odio, amor, alegría, tristeza, etc.).
El Dr. Forbes Winslow, del hospital Sharing Cross, está convencido de que los enfermos mentales crónicos son víctimsa de posesión diabólica. Dice que muchas enfermedades psicofísicas o mentales se modifican mediante fármacos y otros tratamientos, lo cual indica que los espíritus están limitados por las características psicofísicas del cerebro. Existen algunos casos, como los de sujetos epilépticos, iletrados, retrasados mentales o de espíritu sumiso que, bajo la supuesta posesión, cambian totalmente de personalidad, volviéndose activos y vivaces, hablando lenguajes que no conocen y a la perfección. Es más, el médico
Dr. José Luis Cabouli reconoce el síndrome de "posesión espiritual", es decir, sentir emociones que son ajenas, pensamientos que parecen proceder de otra persona, recuerdos de cosas que no se han vivido; la sensación de que hay otro ser en nuestro interior que nos influye. El Dr. Cabouli parece conocer el origen de esto y explica la existencia de partículas interdimensionales, procedentes de campos energéticos de seres ya fallecidos, como un emboltorio que es el que une lo físico con el alma del difunto. Esas partículas son restos del campo energético de un difunto. Según el principio holográfico, con cada parte de un todo se puede formar su totalidad, así que esas partículas poseen toda la información del difunto. Además, esas partículas se alimentan de la energía del campo bioeléctrico de seres vivos, por lo que tienden a parasitarlos, lo que se conocería como influir sobre pensamientos, sentimientos y conductas, provocando falta de vitalidad y cansancio e interfiriendo en la memoria.
"Se ha podido fotografíar esas partículas, tienen su propio campo de energía y no pertencen a la persona, aunque provocan alteraciones en la estructura funcional de dicho sujeto, del modo que sucede con cualquier campo de energía", dice el Dr. Cabouli. En las fotografías se observa como estas partículas disminuyen la intensidad del campo energético de la persona, como si realmente se estuvieran alimentando de dicha. Son como puntos gruesos y luminosos, o gusanos de luz, se les llama en el ambiente esoterista "larvas astrales".
Por ello, el Dr. Cabouli no cree que la posesión sea una sustitución de un alma por otra, sino por la interferencia en el campo vibratorio de la perosna por parte del campo vibratorio del difunto, de otro tipo de entidades o incluso de pensamientos proyectados consciente o inconscientemente por otras personas, siendo en estos casos paquetes de energía cargados de información que interactuan con la información de la energía del paciente, causándole los trastornos. Las víctimas más propensas son aquellas que tienen traumas psíquicos, sobre todo durante la infancia, lo que provoca deficiencias en el campo energético del sujeto, zonas de debilidad que facilitan la parasitación. Otra forma de contagio es una intensa afinidad entre las emociones de la víctima y las emociones de esos otros entes energéticos o framentos de energía. Por ejemplo, si alimentamos odio, violencia y rabia tendemos a atraer como una antena o una puerta abierta a entes o formas de energía con emociones análogas (Ley de atracción), no tienen porque ser entes, pueden ser personas, situaciones, pensamientos e ideas propios, etc.
Síntomas
Los síntomas de la posesión -de la verdadera- no se corresponden a ninguna enfermedad psiquiátrica conocida jamás, pues incluye a la vez muchos elementos de distintas enfermedades:- Esquizofrenia paranoide
- Delirio de malignidad
- Fobia específica a lo sagrado
- Trastorno disociativo de la personalidad
- Personalidad base o normal sana
- Crisis convulsivas epilépticas durante la sesión exorcista
- Trastornos somáticos no clasificados
- Enfermedades somáticas sin causa física
- Autoagresión
- Sansonismo o fuerza extrema
- Fenómenos paranormales
- Agilidad
- Hiperdinamismo mucho mayor que el de la epilepsia, el alcoholismo o la sobreexcitación
- Transformaciones corporales, como deformaciones o alteraciones faciales, como hinchazones
- Transformaciones en el tono de voz
- Animalismos
- Hiperestesia
- Paroxismo
- Mucha resistencia física
- Convulsiones y torsiones fisiológicamente imposibles del cuello y cabeza
- Enflaquecimiento extremo y ninguna fractura o lesión o aumento de peso excepcional
- Vómitos de objetos insólitos y peligrosos, como clavos, cuchillas o cristales
- Telquinesia
- Levitación o autolevitación
- Clarividencia
- Desintegración psíquica, personalidad transformada o alternativa
La cura es la sugestión, por lo tanto la oración o un exorcismo podría funcionar, al igual que cualquier otra práctica ritual o creencia. Los casos fingidos son fáciles de desenmascarar, se puede engañar a la víctima con falsos textos en latín o reliquias falsas, haciéndoles creer que son verdaderas.
Lo curioso de estas personas, es que fuera de estos "delirios" o "casos de posesión", fuera de la crisis son personas totalmente normales sin ningún tipo de problema mental o algo misterioso en sus vidas, llevan vidas corrientes. Cosa que no ocurre en la esquizofrenia, ya que estos no dejan de sufrir alucinaciones o delirios. Tampoco es igual a la psicopatía, pues estos no tienen conciencia de que algo malo ocurre en su cerebro, cosa que los enfermos de posesión si sienten (autoconciencia de la enfermedad); un psicópata lo ve onrmal y es su realidad. La persona poseída es alguien con un lenguaje coherente y que nota que algo malo le está pasando.
Tampoco es exactamente igual a la histeria, ya que esta se manifiesta en forma de una personalidad determinada pero no tan patológica como la que presentan los poseídos. La persona histérica se ve afectada por crisis agudas, mientras que los poseídos mantienen una tónica general de alta perturbación más parecida a una psicosis crónica.
Pero sin duda la explicación favorita es la epilepsia, se cita el extramo síndrome de Gilles de la Tourette: tics, convulsiones, arrebatos incontenibles de maldiciones y obscenidades, enfermedad relacionada con la epilepsia psicomotora, no existe cura conocida. Cuando estamos frente a un poseso podemos diferenciarlo enteramente de un epiléptico poruqe los espasmos y agitaciones pueden durar más de tres horas, los ataques epilépticos duran unos quince minutos; las crisis de violencia no son parte de las fases típicas de la epilepsia, pero durante la posesión las convulsiones y crisis de violencia van en aumento, en lugar de disimnuir, como ocurre en los epilépticos. La crisis epiléptica, si se deja, acaa en la pérdida de la conciencia e incapacidad comunicativa, sin embarbo en el poseso solo evoluciona más la contracción muscular violenta y emerge una conciencia o personalidad diferente con la que se puede dialogar, una nueva identidad que razona y contesta coherentemente.
Durante las crisis epilépticas no se produce un trastorno disociativo de la personalidad, no emerge ninguna identidad, tampoco hay ese cuadro de fobia específica hacia lo religioso y esa tendencia a la maldad. Por último, la epilepsia puede causar daños cerebrales detectables, esto no se encuentra en los posesos.
Podría ser que investigando la hipnosis y posthipnosis podamos descubrir como ciertas cosas pueden influir en nuestra mente, acabando en algo peor. Cuando alguien es hipnotizado, puede hacer acciones sin darse cuenta, automáticas y sin pensar, es un ser sin voluntad, además con la hipnosis se pueden integrar ideas nuevas en la mente del sujeto (podéis ver el artículo sobre la hipnosis aquí); el ser humano tras ser hipnotizado solo cumple órdenes ajenas, automáticamente y sin cuestionárselo porque la idea surge de la propia mente del sujeto.
Conclusión
A veces el ser humano busca explicaciones paranormales para seres y cosas que creamos nosotros mismos, a veces el engaño es más fácil que una verdad que nos duele, incluso a nosotros mismos. Una verdad que quizá no podemos ver. Quizá somos nosotros, quizá hay algo que nos manipula, quizá ambas son la respuesta. Quizá el engaño llega a tales magnitudes que confundimos a quien tenemos que adorar, confundimos la bondad de los Dioses, caímos en su trampa.
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